PATOLOGÍA MALIGNA DEL RIÑÓN
QUE ES EL CÁNCER DE RIÑON?
El cáncer renal afecta a más de 28.000 personas en los Estados Unidos, y el tumor maligno de riñón más frecuente en los adultos es el adenocarcinoma renal. Representa el 2,5% de todos los tumores malignos, siendo más frecuente en los hombres que tienen entre 50 y 70 años. La incidencia de esta enfermedad se ha incrementado más de cinco veces en los últimos 50 años.
Este tipo de cáncer (también llamado cáncer renal), se origina en los riñones, dos órganos grandes situados uno a la derecha y el otro a la izquierda de la columna vertebral. Es una lesión maligna que se origina de las células de la nefrona dando origen al carcinoma de células renales o adenocarcinoma de riñón. Aparece en el parénquima del riñón.
El crecimiento puede ser central hacia la porción colectora de orina, puede ser periférica hacia fuera del riñón, extenderse a la vena renal y algunas veces, a la vena cava.
Las metástasis más comunes son hacia pulmones, huesos, cerebro e hígado.
FACTORES DE RIESGO:
Son factores de riesgo la ingesta de comidas abundantes en grasas y colesterol, agentes carcinogénicos ambientales y el sobretodo el tabaco. Se ha observado una mayor incidencia de cáncer renal en personas con insuficiencia renal, dependiendo de forma directa del tiempo que llevan en diálisis.
DIAGNÓSTICO
Aproximadamente más del 50% de los tumores renales son detectados de forma casual al realizar una ecografía abdominal por otro motivo o síntoma abdominal no relacionado. Esto es así debido a que no producen manifestaciones clínicas en los estadios iniciales.
Sólo entre el 15 y el 20% de los casos se presentan por la tríada: dolor, masa palpable en el abdomen y pérdida de sangre con la orina (hematuria). El síntoma más frecuente es esta última, la cual es espontánea, caprichosa y no produce dolor. En algunos casos puede desencadenar cuadros de dolor tipo cólico por la impactación de coágulos en las vías urinarias que obstruyen el normal pasaje de la orina a través de ellos. También pueden aparecer manifestaciones clínicas generales como pérdida de peso, sudoración nocturna, inapetencia, cansancio crónico, fiebre inexplicable y molestias digestivas.
Una vez identificada la masa como un evento incidental se debe realizar una valoración urológica completa con examen físico e historia clínica.
Hay que tipificar y estadificar la masa con una escanografía abdominal completa con medio de contraste y tomografía de tórax contrastada para determinar si se trata de una enfermedad localizada o metastásica.
SÍNTOMAS
Los más frecuentes (aunque vale tener en claro que cada individuo los puede experimentar de una forma diferente) son:
- Sangre en la orina.
- Pérdida de peso rápida e inexplicable.
- Dolor en la parte baja de la espalda (que no se debe a una lesión).
- Pérdida del apetito.
- Hinchazón de los tobillos y las piernas.
- Masa o bulto en el abdomen.
- Fiebre recurrente (que no se debe a un catarro o la gripa).
- Presión sanguínea alta (menos frecuente).
- Anemia (menos frecuente).
- Dolor constante en uno de los costados.
- Dolor en los huesos.
TRATAMIENTO
Hasta el momento el ESTÁNDAR DE ORO para curar este tipo de cáncer es la cirugía, con la extirpación del tumor o parte del riñón (nefrectomía parcial) o de todo el riñón afectado (nefrectomía radical), inclusive hasta en estadios avanzados.
La cirugía puede realizarse por vía laparoscópica o abierta.
Nefrectomía Radical por Laparoscopia
Nefrectomía radical.
Nefrectomía Parcial por Laparoscopia
Nefrectomía parcial
Jarrett Thomas W.,Semerjian Alice, Chapter 13 – Laparoscopic and Robotic-Assisted Laparoscopic Partial Nephrectomy, Hinman’s Atlas of Urologic Surgery (Fourth Edition), edited by Smith Joseph A. Jr. MD,Howards Stuart S. MD,Preminger Glenn M. MD,Dmochowski Roger R. MD FACS, 2019, Pages 122-127, ISBN 978-0-323-65565-1, http://dx.doi.org/10.1016/B978-0-323-65565-1.00013-4.
Colocamos al paciente en posición de medio lado, realizamos 3 incisiones (4 cuando se trata de masas renales derechas) de 5 mm introduciendo trocares (tubos de trabajo), por donde se inyecta gas CO2 a presión para generar el espacio abdominal y paso de pinzas y cámaras especiales. Se llega al riñón mediante la disección de los tejidos y órganos que lo rodean, se ligan y corta su arteria y vena y se extirpa toda la masa en bloque envuelto en su grasa y junto a la glándula suprarrenal.
Esta misma técnica quirúrgica se emplea para resecar el riñón en patología benigna (no por cáncer) y se deja la glándula suprarrenal.
Está indicada cuando el tumor renal se encuentra en los estadios iniciales de la enfermedad (tamaño menor o igual a 7 cm, que no invada los tejidos extrarrenales) y que la masa esté localizada en un lugar del riñón que sea factible su extirpación.
Se posiciona al paciente de medio lado, realizamos 3 a 4 incisiones de 5 mm y 10 mm por donde introducimos la óptica, gas CO2 a presión para generar el espacio quirúrgico y pinzas laparoscópicas especiales. Disecamos todos los órganos y tejidos que recubren el riñón para exponer este en su totalidad. Exponemos los vasos que nutren de sangre al riñón. Una vez localizado y aislado el tumor, cortamos la circulación renal idealmente entre 20 a 30 min (nuestra experiencia nos ha llevado a depurar la técnica y a realizar el procedimiento con isquemia renal caliente de 12 minutos en promedio, reduciendo al máximo posible daño renal) y resecar por completo el tumor junto con margen libre de tejido renal sano. Dentro de este mismo tiempo de isquemia reparamos con suturas todo el restante del riñón.
Clampeo de Vena y arteria Renal.
Jarrett Thomas W.,Semerjian Alice, Chapter 13 – Laparoscopic and Robotic-Assisted Laparoscopic Partial Nephrectomy, Hinman’s Atlas of Urologic Surgery (Fourth Edition), edited by Smith Joseph A. Jr. MD,Howards Stuart S. MD,Preminger Glenn M. MD,Dmochowski Roger R. MD FACS, 2019, Pages 122-127, ISBN 978-0-323-65565-1, http://dx.doi.org/10.1016/B978-0-323-65565-1.00013-4.
Finalmente liberamos los vasos renales y este se nutre de sangre nuevamente. Antes de retirar los equipos verificamos muy bien que no haya sangrado e introducimos sustancias y materiales hemostáticos especiales.
Se deja un dren (catéter o manguera de bajo calibre) dentro del sitio operatorio para verificar que no haya sangrado postoperatorio inadvertido.
EVALUACIÓN POSTQUIRÚRGICA
El primer día postquirúrgico hay que verificar bien el volumen de orina (dejamos sonda vesical para monitoria del volumen orinado) y los signos vitales que son medidas que nos hablan de buena tensión arterial, buena función renal y ausencia de sangrado. El drenaje por el dren o catéter es normal que sea mayor de 100 cc al principio, de un material serosanguinolento el cual va disminuyendo con los días. Se dejan líquidos para hidratación endovenosa, analgésicos y antibióticos. Posteriormente se retira el drenaje y la sonda vesical.
Para la nefrectomía total o radical generalmente no se deja sistema de drenaje pero si sonda vesical.
Generalmente el tiempo de hospitalización es de 2 a 3 días y al día después de la cirugía inicia el consumo oral de líquidos y alimentos suaves.